La luz roja aumenta la producción de energía en las células humanas al estimular las proteínas fotorreceptoras llamadas citocromo C oxidasa.
Esto alienta a las mitocondrias, la fuente de energía de la célula, a descomponer el óxido nítrico y generar de manera eficiente más moléculas de energía ATP que es la moneda de energía de la célula.
La producción óptima de ATP respalda la salud y la reparación al permitir que las células funcionen de manera eficiente y permitan que el cuerpo sane.
Además, la terapia de luz roja crea algo llamado hormesis: estrés de dosis baja en la célula.
Este tipo de estrés a corto plazo, al igual que el ejercicio, es bueno para el cuerpo, ya que aumenta la síntesis de proteínas y la activación de enzimas.
Fortalece las defensas antiinflamatorias y antioxidantes en el cuerpo y mejora la salud general y la resistencia de las células.
Las ondas de luz roja también aumentan el flujo sanguíneo, mejorando así el suministro de nutrientes y oxígeno a las células de todo el cuerpo.